Como cualquier otro día, sonó el despertador. Pero hoy no era un día cualquiera, el viernes estaba
mas cerca, había dejado de llover aunque el primer pensamiento de la mañana todavía era para ti. Levántate, sonríele a la vida y convéncete tu misma de que vas a ser feliz.
Absorta en mis pensamientos en los que probablemente también estabas tu, hora y media de gimnasio después, desahogando con mi cuerpo lo que no me atrevo a decir, maquillaje y la mejor de las sonrisas dispuesta a afrontar otro largo día de trabajo intentando convencer a mi memoria selectiva de que no estaba pensando en ti... Iba a conseguir superar ese complot del mundo contra mi, al permitir que cada estación, cada farola, cada canción, cada minuto, cada rincón me recordara a ti.
Y así pasaron las horas, inmersa en un debate interno, en el que cada uno de mis yo exponía sus motivos por los cuales deberíamos seguir o no. Y saber que las mejores decisiones siempre fueron aquellas que no pensé, me hace sospechar que quizás estoy equivocándome en la forma de enfrentar la vida.
Intento poner en una balanza lo que quiero y lo que no, pero siempre encuentro el mismo problema... ¿Que es lo que quiero realmente?
No hay comentarios:
Publicar un comentario